La Radiestesia es una técnica muy precisa que hace evidentes las energías sutiles para que sean perceptibles por los sentidos mundanos.
Hay registros de su uso tradicional para encontrar agua y minerales que nos llevan hasta, por los menos, 4500 años de antigüedad. Con los años, al desarrollarse la conciencia y con ella las capacidades de percepción de los seres humanos, su uso se ha extendido a muchas otras áreas. Está en el facilitador tener la pericia, la sensibilidad y la falta de juicio para no alterar el resultado de ninguna manera.
Para mí, donde adquiere su mayor brillo es en el campo de la medicina alternativa y energética.
¿Cómo uso la Radiestesia para ayudar a mis clientes?
La manera más fácil de decirlo es que uso las herramientas de Radiestesia para detectar anomalías energéticas en las personas, en los objetos y en los lugares, con respecto a quien pida la sesión.
Hago el testaje de la energía y después voy preguntando hasta llegar a la respuesta exacta de qué es lo que está causando la disarmonía y cómo resolverlo.
A veces creemos que es el espacio y es la persona, y otras veces creemos que es la persona y sin embargo es el espacio. Creer no es suficiente cuando el bienestar está en juego; hay que saber, estar seguro, tener la certeza.
A veces combino el trabajo de Radiestesia con la Armonización Frecuencial©.
Otro beneficio impresionante es el testaje de cualquier sustancia. Se puede testear desde un remedio que estés pensando en tomar o estés tomando, hasta los químicos que usas para limpiar o lavar y que puedan hacerle alergia a alguien en casa. La lista es infinita.
Hoy, gracias a la tecnología, las consultas de Radiestesia se pueden hacer online y a distancia.
Con que tengas un celular con cámara, es suficiente.
¿Cómo me encontraron a mí las herramientas de Radiestesia?
La primera vez que tuve un péndulo en mis manos fue en un mercado de pulgas en Suiza. Éramos cientos de personas en ese mercado de domingo por la mañana, y de entre la multitud una mujer comenzó a llamarme: ¡Señora, señora! Las personas que estaban entre ella y yo, fueron pasando la voz hasta que alguien me dijo: mire, esa señora de allá la está llamando. Yo me sorprendí y recuerdo haber hecho ese gesto tan conocido de señalarse a uno mismo y decir ¿Es conmigo, es a mí a quien está llamando? La mujer asintió con la cabeza en medio de la multitud. Caminé hacia ella y cuando llegué, con una sonrisa de otro planeta me dijo: “Esto es suyo, es para usted, le pertenece”. Pero, ¿por qué? le pregunté. Porque tú vas a saber cómo y para qué usarlo. Ni que decir que yo no tenía la más pálida idea, y no la tuve por años de qué iba a poder hacer con aquella bola de plata en forma de trompo, que colgaba indecisa, de una cadena. Llevé colgado ese péndulo muchos años en mi pecho, y jugué muchos años con él.
Con las varillas pasó algo similar. Recuerdo entrar a una tienda en México de artículos esotéricos y ver las varillas. No sabía qué eran ni para qué servían. Igual le dije al chico que las sacara de la vitrina, y las tomé en mis manos, y empecé a “medir” el espacio con ellas. La gente se quitó para dejarme paso y aunque para mí aquello era una frescura y un juego, después supe que en los ojos de los que sí sabían, yo las había manejado como una experta en Radiestesia. Fue la primera vez que escuché el término, y me juré que un día estudiaría eso. Estudié durante años.
¿Estás list@ para resolver de forma fácil lo que parece muy complicado?
*Una vez recibida tu orden, me pondré en contacto contigo para reservar la hora y darte las instrucciones necesarias.