Si eres Nemo como yo, no intentes nadar entre tiburones porque te vas a hacer mucho daño.
Hace un rato me estaba poniendo al día con un viejo amigo, y recordamos ciertos eventos de mi vida donde, por quedarme más tiempo del recomendado en un entorno, terminé en estado de terror frente a la vida. Sí, yo también he estado presa en mi mente. Nos pasa a todos.
Siempre fui más bien temeraria, valiente, pero no porque nunca tuviera miedo, sino porque lo miraba de frente, y ahí empezaba la negociación, donde yo siempre avanzaba sin importar cuanto miedo tuviera. “Sólo estás en mi mente”, le decía con una sonrisa.
Eso lo pude hacer de forma sostenida durante casi toda mi vida, sin mayores percances hasta que me metí en el espacio mental que defino como “agua infectada de tiburones”. Y es que cuando permaneces cerca de gente con “mucho miedo y poca conciencia”, si no te sales a tiempo, llegarás a desconocerte y ni vas a poder recordar lo valiente que fuiste.
Terminas creyéndote el cuento de que ese miedo es tuyo, para ti y contigo, sin darte cuenta de que lo que estás haciendo es absorbiendo el miedo ajeno. La gente miedosa tiene mucha envidia, y por lo mismo, van a persuadirte de que estás loc@, achicharrad@, que lo que quieres conseguir es muy complicado, y que los recursos disponibles (que por supuesto son tuyos pero ellos se sienten dueños), es mejor usarlos de forma segura, en ellos y en sus proyectos. De todas maneras, tú siempre vas a tener más, ¿no?
Bueno, hasta ahí y más llegaron las cosas conmigo, y no me avergüenza contarlo, porque primero, ya se me pasó, y segundo, cualquiera puede salir hoy mismo de su supuesta “agua infectada de tiburones” con escuchar la anécdota. Mientras más tiempo te quedas, más miedo tienes, y más vida te están viviendo. Algo anda mal y requiere ser cambiado en tu vida, si lo que está bien para los otros, está mal para ti.
La fortaleza de los miedosos sin conciencia radica en achicar al que tiene brillo propio, y para eso van a emplear armas muy persuasivas en sus estrategias. La gente que te ama de verdad quiere que brilles aunque te destarres, van a apoyarte aunque no te entiendan, y van a acompañarte en los riesgos y aprender contigo.
Confía en tu intuición, y regresa a tu playa tranquila y soleada, donde estamos los nosotros, los Nemos, que no andamos calculando la vida y le plantamos cara al miedo.
¿Sientes la brisa del cambio? ¿Ves el agua cristalina, limpia y en calma? Te espero, no estás sol@.
Sé feliz, por favor, eres importante para que funcione el Multiverso de forma armónica.
Nayví Barbeito Cardoso
11 de Diciembre, 2019
